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  • Writer's pictureGabriel Castellon

Cáncer de Mama

“Aunque vaya por senderos oscuros, no temo porque Tú, Señor, vas conmigo.” Salmo 23

Ms. Claudia Lacayo, una mujer de 56 años, es la Directora de Primaria del Colegio San Agustín. Cuando ella no está en el trabajo le gusta la fotografía y leer libros; de hecho hace poco se unió a un club de lectura. A Ms. Claudia le encanta cocinar y pasar tiempo en familia, especialmente con su nieta Sofía Isabel.


Ms. Claudia nos relata que hace 6 años, en el 2015, le tocaba hacerse un chequeo de rutina. Ella cuenta que, antes de hacerse el chequeo, sentía algo diferente que la llevó a que fuera más insistente en irse a hacer el chequeo. Efectivamente, el doctor encontró dos tumores pequeños, de forma rara, lo cual lo hacía sospechar que fueran tumores malignos.

Ms. Claudia y su nieta, Sofia Isabel.


Ms. Claudia nos cuenta que durante las primeras horas después de recibir esta noticia estaba en shock, y que luego entró en pavor. “Tiritaba de miedo cuando pensaba,” nos dice recordando ese momento. Tuvo que esperar días para confirmar si era cáncer y más días para saber cuál era el tratamiento adecuado, lo cual se convirtió en una espera eterna. Cuando le confirmaron que era cáncer lloraba de miedo. “Me puse a rezar y le pedí ayuda a Dios,” dijo.


“Aunque vaya por senderos oscuros no temo, porque Tú, Señor, vas conmigo.” Este fue el salmo que cambió la vida de Ms. Claudia porque ella se sintió retratada en esta frase por la situación en la que se encontraba. Repetir otra frase de ese mismo salmo que dice: “Tú, Señor, vas conmigo,” le dio toda la paz que necesitaba a pesar de todo lo que estaba viviendo.


Luego del diagnóstico en Nicaragua, Ms. Claudia fue a Houston, Estados Unidos, a tratarse con un oncólogo. Allí Ms. Claudia tuvo una operación llamada mastectomía doble en la cual le quitaron los dos pechos al mismo tiempo para prevenir que el cáncer se esparciera.


Lo más difícil fue el principio, nos cuenta. “Tuve al mejor enfermero del mundo que se llama Luis Cifuentes, mi marido”, dijo orgullosa. Durante toda la enfermedad Ms. Claudia estuvo muy bien acompañada: sus papás, su hija mayor Martha Sofía y su esposo la acompañaron todo el tiempo que estuvo en Estados Unidos. Ms. Claudia se operó allá pero regresó a continuar su tratamiento aquí en Nicaragua donde la pudieron acompañar sus otros tres hijos. Después de la quimioterapia ya no necesitó tomar más tratamientos, pero continúa haciéndose chequeos anuales.


Ms. Claudia nos dice que en ese momento de su vida Dios le demostró que Él sí está ahí a nuestro lado, que la Paz la da Dios. Asegura que todo el camino de esa enfermedad lo pudo lograr gracias a la fuerza de Dios. Su vida cambió en el sentido que se sintió muy unida a Dios y muy amada por Él. Vio cómo Dios la asistió cuando le pidió ayuda, y nos dijo que si le pedís a Dios, Él te responde porque Él no te deja solo.


El haber sido diagnosticada con cáncer y haber ganado la batalla le ha dado a Ms. Claudia muchas ganas de compartir su experiencia con los demás. Su segunda hija, Beatriz, diseñó un logo para poner en unas camisetas que usó toda su familia para una carrera anual que se realizó en octubre, mes de sensibilización sobre el cáncer de mama.



Logo diseñado por Beatriz Cifuentes, exalumna del colegio. Beatriz estudió arte en el Parsons School of Design, Nueva York.


A Ms. Claudia la ilusiona mucho su familia; ella es fuerte por ellos. Otra motivación que tiene es ver al colegio San Agustín crecer, ver cómo el colegio ha logrado llegar a donde está.


“A Dios no se le ha escapado tu situación, Dios está con vos,” le dice a cualquier mujer que esté pasando por una situación difícil.


Ms. Claudia y su familia.

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