Poster de El Juego del Calamar. (DVICRD)
El Juego del Calamar. Como todo el planeta tierra, yo también escuché mucho sobre la serie y fui influenciada a verla. No solo quería escribir un artículo para el periódico del colegio sobre mi opinión del show, sino también escuchar sobre el parecer de otras personas. Con este fin, le pedí al Profesor Alberto Sánchez su opinión sobre El Juego del Calamar y esto fue lo que escribió:
Hwang Dong-hyuk, creador, director y escritor de El Juego del Calamar. (KBIZoom)
“Motivado por la insistencia de uno de mis grupos de juniors, decidí sumarme a la audiencia del producto de consumo masivo llamado “El juego del calamar”. Comencé a ver el primer capítulo con cierto escepticismo, hasta que llegué cerca del final y el giro de la trama me sorprendió gratamente, al punto de convencerme de que era una serie que valía la pena, más allá de la violencia gráfica gratuita. Ya desde el 2010, la lectura de Cultura Mainstream: cómo nacen los fenómenos de masas de Frédéric Martel, me había dado pistas sobre el auge de la industria coreana de entretenimiento que había logrado predominar sobre el territorio asiático. Pero esta serie —antecedida por el éxito de Parásitos del director Bong Joon-ho— es la evidencia de su escalada a un nivel mundial, sin tomar en cuenta la obsesión de mi suegra con películas y series coreanas de comedia romántica. Hwang Dong-hyuk, creador de la historia, utiliza el schadenfreude —sentimiento de alegría o satisfacción generado por el sufrimiento, infelicidad o humillación de otro—, como elemento base de un drama actuado con maestría, con ritmo trepidante, en un juego tan antiguo como el circo romano. Puedo decir, más allá de si es una crítica social sobre el consumismo o un reflejo sádico de un mundo insensible, que emocionalmente me impactó, a la vez que me demostró que la narrativa occidental puede aprender mucho de la oriental. Agradezco a mis alumnos su insistencia, a pesar de las lágrimas vertidas.”
Profesor Alberto Sánchez.
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